“El trabajo conjunto entre pescadores, científicos, administraciones y sociedad es la gran apuesta que necesita el océano para recuperarse”

4.07.2022

Desde el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), hace más de 40 años que Josep-Maria Gili se dedica a la investigación del océano y a transmitir a la sociedad sus valores para protegerlo. En la actualidad, es profesor de investigación del ICM-CSIC y coordina el proyecto LIFE ECOREST para la restauración de hábitats profundos de Cataluña con la participación activa del sector pesquero.

¿Por qué es tan importante el LIFE ECOREST?

Estamos frente a una situación de emergencia ambiental y climática. Los océanos han recibido el impacto de la humanidad durante muchos años. Hacen falta realmente propuestas innovadoras que ayuden a cambiar la actitud frente al océano.

El LIFE ECOREST no solo integra el conocimiento científico con propuestas probadas previamente que pueden ayudar a que estos ecosistemas se recuperen, sino que su importancia también radica en el esfuerzo que se hace con los actores implicados y el sector pesquero.

Esta propuesta de trabajo conjunto entre pescadores, científicos, administraciones y sociedad en general es la gran apuesta que necesita el océano para recuperarse.

Estamos ante un gran reto. Hemos iniciado el que pensamos que es el proyecto de restauración marina más importante en el Mediterráneo. Nos encontramos frente a una propuesta que puede tener un carácter ejemplar y que se puede replicar. Esta es la gran meta.

¿Qué valores tiene la restauración marina?

El océano está en un estado muy precario en muchos aspectos. Los hábitats han perdido su función. Las especies los necesitan para poder cerrar sus ciclos de vida y para recuperar los servicios que prestaban a la humanidad además de su resiliencia frente al cambio climático. La conservación marina es fundamental para recuperar el estado natural del océano.

El mar tiene una capacidad de recuperarse de forma natural, pero estamos en un momento de emergencia. La mejor manera de que esa recuperación sea más rápida que la natural es aplicar técnicas de restauración. Es lo mismo que pasa cuando queremos recuperar los bosques. Los bosques por sí solos se van recuperando, pero si hacemos técnicas de reforestación, ese bosque va a recuperar antes su función. Y lo que ahora es esencial para el océano es proteger, conservar y, sobre todo, restaurar.

¿Qué papel tiene la restauración marina en el LIFE ECOREST?

Es un proyecto innovador que parte de una experiencia previa de restauración en los fondos de la Costa Brava y el resultado ha sido espectacular. Ahora el gran reto reside en cómo podemos empezar a restaurar más de 30.000 hectáreas submarinas en cinco años junto al sector pesquero. No es un objetivo fácil. Es ambicioso. Pero estamos frente a una gran apuesta, tanto para restaurar y recuperar estos fondos y su función, como para cambiar las actitudes del sector pesquero e, incluso me atrevería a decir, del científico.

¿Cómo se va a implicar al sector pesquero?

Son los actores primarios en la recolección de los organismos que vamos a trasplantar en una serie de áreas que los mismos pescadores han propuesto y están declaradas como protegidas. En estas zonas utilizaremos técnicas de restauración activa para acelerar el proceso de recuperación.

El sector se implica no solamente en la recolección de los organismos que vamos a trasplantar, sino en su mantenimiento en acuarios en las mismas cofradías y su adecuación para ser devueltos al mar.

El mismo sector se va a encargar de difundir a la sociedad los valores que tiene la recuperación de los espacios marinos. Y, sobre todo, un aspecto que para mí es muy importante, es que el sector se va a mostrar frente a la sociedad de otra manera, como el que cuida y protege.

¿La sociedad es consciente de la riqueza de los fondos marinos en Cataluña y el resto de España?

Llevamos bastantes años trabajando en los fondos marinos, pero el mar sigue siendo un gran desconocido. Los documentales no dejan de ser una aproximación, pero hace falta que todo lo que genera la ciencia llegue a la sociedad rápidamente para que se vea que estamos frente a un patrimonio de biodiversidad extraordinario en los mares de España y que ha sido perjudicado con diferentes actividades humanas, no solamente con la pesca, sino también con la contaminación química y por plásticos, entre otros.

Se ha hecho un mal uso de este gran patrimonio. No solamente es algo que tenemos que cuidar y valorar, sino que es la única manera de mitigar los efectos del cambio climático. Sin un océano conservado, estructurado y altamente diverso difícilmente podremos resistir a los efectos del cambio climático.

¿Qué otros retos afronta el proyecto?

Un gran reto es contar con la participación de toda la sociedad. Si la ciudadanía quiere contribuir a la restauración marina podrán hacerlo visitando las cofradías y participando en el mantenimiento de corales, gorgonias y esponjas. También conocerán mejor la apuesta y cambio de actitud del sector.

Pero uno de los retos más importantes del proyecto es la transversalidad entre el conocimiento científico, la predisposición del sector para actuar para que el océano siga produciendo, así como la participación ciudadana.

No debemos olvidar que, al ser un proyecto pionero en el Mediterráneo, uno de los mayores retos es demostrar que su metodología, ejecución y participación sean un ejemplo a seguir en otras zonas de España y del Mediterráneo.

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